Joan Peruga Guerrero ( Santalecina , 1954 ) es un historiador, profesor y escritor andorrano . Estudió historia contemporánea en la Universidad Autónoma de Barcelona y durante años compaginó la docencia en el Instituto Español de Andorra , impartiendo clases de geografía, historia y publicidad, con la investigación sobre la historia de los Pirineos y la Andorra del siglo XIX.
Fue miembro del Comité Director del Instituto de Estudios Andorranos . Es colaborador habitual de la prensa andorrana y escribió durante diez años una columna semanal para el Diario de Andorra . También presidió la Comisión Nacional Andorrana por la Unesco.
En la Feria del Libro de Frankfurt de 2007 fue uno de los autores andorranos representantes. Colaboró en la 32ª Semana del libro catalán que se celebra en Barcelona.
Actualmente Juan Peruga compagina la redacción de una nueva novela con la presidencia del Colectivo Portella , y la dirección de la revista Portella .
Joan Peruga: "La Guerra Civil fue un impacto; en Andorra la fiesta se acabó de golpe "
El museo del elefante '(editorial Andorra) ha sido una de las obras más vendidas este Sant Jordi. Joan Peruga (Santalecina, 1954) ha roto su silencio literario y ha devuelto a la saga Areny-Plandolit para retratar la Andorra de los años 30. El 28 de mayo presentará la novela en la librería Altair de Barcelona, con el poeta Sam Abrams, y los días 25 de mayo y 8 de junio ofrecerá una tertulia y una ruta literaria en el museo Casa de Areny-Plandolit.
¿Por qué cree que ha tenido tanto éxito la novela: el boca a boca, por la estirpe protagonista o porque la gente tenía ganas de leer Peruga?
Último verano en Ordino causó un gran impacto, y se ha convertido en una novela casi de culto. El museo del elefante no es una segunda parte, es el hermano pequeño de la Sumpta. Pero si nadie hubiera leído la primera y no hubiera tenido ese retorno, tal vez no habría hecho esta. Pero tenía tanto material y tantas sensaciones que al menos había que salir una segunda novela.
Y ahora, literariamente, se quiere ir muy lejos de Ordino.
Mi territorio literario siempre pasará por Ordino y Andorra, y también por Barcelona, mi ciudad de adopción. ¡Yo escribo sobre lo que conozco! Pero sí, ahora me quiero alejar.
Usted ha explicado que escribir 'El museo del elefante' ha sido una terapia.
Sí, por razones familiares ... Me lo pasé muy bien escribiendo Último verano en Ordino, pero fue diferente. Y ahora sí que he visto el enorme valor que conlleva escribir. A veces es una necesidad imperiosa, una terapia, una evasión y como complemento de una vida que, a veces, es muy dura ... Ahora ya no me puedo imaginar la vida sin escribir.
En el libro pide a los lectores que entiendan el Pau-Xavier, que sean condescendientes. Pero leyendo la novela es difícil no apreciar el protagonista.
Mientras no salga otra novela o una biografía del personaje, Pau-Xavier ser&aaccute; el de El museo del elefante. Era médico y también se le conocía la faceta de ilusionista, y la construcción del museo. Era un personaje extraño. Y lo que es cierto es que los negocios no le fueron bien y lo acompaña la leyenda sobre cómo se pulió el dinero.
No hay tanto material como de la Sumpta. Del Pau-Xavier están los artículos que publicaba en el diario El diluvio, titulados El despertar de Andorra; los que publicó en la revista Andorra Agrícola ... Pero de material personal no. Y a partir de ahí creo el personaje. Al inicio de la novela cuento que la Marieta, un personaje imaginario, me dice que lo trate bien, que era buena persona, y al final también lo dice un personaje real, la Merced Coma, del hotel Coma, que concluye: "Era muy buena persona."
Si no hubiera muerto bastante joven (a los 60 años), tal vez habría podido hacer más cosas por Ordino.
Hubiera sido muy difícil que hiciera nada porque vino la Guerra Civil [Paz-Xavier murió en 1936]. En realidad, Andorra cambió mucho en los años 30 y lo he intentado reflejar en la novela. Había una efervescencia extraordinaria, y sin la guerra todo esto habría continuado. No podemos hacer historia-ficción, pero el cambio habría sido extraordinario en los años 30, 40 y 50. Hubo un paro cruda, oscura, y luego hubo una explosión ...
Descontrolada.
Sí, descontrolada. Me imagino que todo habría ido más pausado en los ámbitos urbanístico, político, ecológico ... El urbanismo quizás hubiera sido m&aaccute;s como en los años 30, con arquitectura de granito, pero, como todo se paró, en los años 70 y 80 llegó la época de la fórmica y el ladrillo ... la guerra fue un impacto y en Andorra se acabó la fiesta de golpe. Aquí quedaron anarquistas, el Cojo de Málaga en Puigcerdà ... No fue fácil.
Pero el Mariano, el anarquista que sale en el libro, está inspirado en su tío.
Sí, porque es cierto homenaje. Esto que en todas partes fue el mismo ... Buf ... A mi me han preguntado si habr&iaccute;a mantenido la avenida Miguel Mateu [el Benefactor Altruista de la novela y primer alcalde franquista de Barcelona], y yo dije que no, aunque no quiere decir que le sacaría de los libros de historia. ¡Tampoco pondría avenida Cojo de Málaga! Pero no fue el mismo: una fue muy dura, en un momento de guerra, y la otra fue una represión sistemática fascista.
En contrapartida, en el lado de los anarquistas, el de mi tío, hubo una enorme utopía y ansias de cambiar el mundo y, a veces, tan naïf ... Lo he intentado reflejar en la carta que el Mariano le escribe a perdigana [la Paloma, su enamorada] desde la playa de Argelès. En esa especie de campo de concentración todavía piensa que se podrán reencontrar. No entiende como no puede triunfar la justicia de sus ideales. A los anarquistas les falló la eficacia.
A grandes rasgos, ¿qué es verdad en la novela y qué es ficción?
Hay cosas que, evidentemente, no podía cambiar, como el Pau-Xavier murió en 1936 y que cuando volvió a Ordino hizo el museo. La creación del personaje de la Nieves, la esposa de Pablo-Xavier, es ficción, y gana protagonismo a medida que avanza la novela. Y el Mariano es absolutamente ficci&oaccute;n, es lo que a mi me hubiera gustado que me hubiera explicado mi t&iaccute;o. Él se refugió y cas&oaccute; en Francia y casi no lo conocí.
El carácter del Mariano es de otro tío mio, muy extrovertido y de la broma. Sí había una Coloma, que en verdad era hermana de la Nieves, pero en la novela la he hecho sobrina.
Hay más personajes, como el inquietante alemán Otto. ¿Visitó la Casa de Areny-Plandolit?
No, aunque a veces tenían invitados. Es el momento en que si Andorra obtenía la soberanía podía hacer mil cosas: entrar en la Unión Postal, dar concesiones, hacer casinos, loterías, una línea aérea ... El Consejo General hubiera podido hacer las concesiones y es por eso que los copríncipes recordaban que mandaban ellos.
Esto lo he estudiado mucho: cada vez que hay un momento de bonanza económica extraordinario, devuelve la lucha por ver quién tiene la soberanía o el poder para hacer las concesiones económicas. No había nada, era el Far West, y mucha gente vino a ver qué podía sacar, incluso espías nazis.
Al final de la novela el Consejo General toma una decisión relevante. ¿Fue la correcta?
Lo dejo abierto. Una mayoría apoyó la concesión de FHASA, que supuso un gran cambio en Andorra, pero también hubo una contestación de gente que advert&iaccute;a de la acumulación de poder extraordinaria que se daba a los concesionarios, como ocurre todavía, por ejemplo , con las pistas de esquí. Es el momento en que Andorra se encuentra en un cruce de verdad: viene un señor [Miquel Mateu] que ofrece ser el benefactor de la patria pero a cambio de unos costes de libertad, independencia, paisaje, tranquilidad ... Es la primera vez que Andorra ve la cara más descarnada del progreso.
Como aragonés y andorrano, ¿ahora escribirá en catalán o en Lapao?
[Ríe] Es ridículo, infame. Si no fuera tan grave, reiríamos. Como se envuelven las verdades para convertirlas en terribles mentiras.